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Llega el frío, el precio de la electricidad se dispara. ¿Y si te cambias a una estufa de leña para ahorrar dinero y disfrutar del calor y el encanto de un fuego de leña?
Con las subidas de los precios de la electricidad, es posible que decidas cambiarte a una estufa de leña.
Puedes elegir calentar toda tu casa con leña o sólo usarla como calefacción de apoyo. La estufa de leña es una gran alternativa para aquellos que no pueden construir una chimenea. Las estufas de leña, que ahorran espacio y tiempo, se están convirtiendo en un medio de calefacción muy popular. Pero hay que saber elegirla.
Si decides utilizarla como sistema de calefacción principal, tendrás que elegir una estufa que se caliente muy rápidamente. O una estufa de doble fuego, que es la más económica. Si tu estufa de leña complementa un calentador de gas u otro sistema de calefacción, entonces una estufa de leña convencional será perfecta.
Todo depende del aislamiento de tu casa. Aquí están las potencias requeridas según el aislamiento:
La potencia (kW) corresponde al volumen total a calentar. La eficiencia es la relación entre la energía que consume y la que libera. El índice de eficiencia debe ser superior al 70% para que sea eficiente.
El tamaño de la chimenea también es importante, así como los materiales utilizados. Por ejemplo, el ladrillo refractario de vermiculita ofrecerá menos eficiencia que el hierro fundido.
Hay varios tipos de estufas de leña según su uso. Para la calefacción auxiliar, la estufa de leña parece ideal. Para la calefacción central, hay dos opciones:
La estufa turbo o la estufa de doble combustión, que son las más comunes.
También existe la estufa de inercia (o acumulación), que ofrece una gran autonomía al conservar el calor y liberarlo.
La estufa de leña es perfecta para un uso ocasional, una pequeña llamarada a primera hora de la noche, que calentará durante unas 6 horas. Es la estufa de leña más común y más accesible.
La estufa turbo es más económica porque se calienta muy rápidamente gracias a una segunda entrada de aire regulable. Este tipo ofrece una buena eficiencia.
La estufa de doble combustión es la más económica de las tres. Quema los gases de la primera cámara en una segunda. Muy eficiente, la estufa de doble combustión ofrece un rendimiento de alrededor del 80%. El calentador de mampostería de larga inercia puede calentar durante 20 horas seguidas, pero también requiere mucho más espacio.
La estufa de hierro fundido ofrecerá un mejor rendimiento y una distribución uniforme del calor. Por otro lado, el hierro fundido es un material muy pesado, por lo que será difícil de instalar y casi imposible de mover una vez colocado.
La estufa de acero es más fácil de instalar y más barata. Alcanza la temperatura con bastante rapidez, pero es menos eficaz que la fundición en cuanto a la restitución del calor.
Se pueden encontrar estufas de leña de todos los precios. Desde menos de 200 euros para las más básicas hasta más de 3.000 euros para las más sofisticadas.
El coste medio de la instalación por parte de un profesional ronda los 1.500 euros. Puedes instalar tu estufa de leña por tu cuenta utilizando un viejo conducto de chimenea, por ejemplo.
Sin embargo, piensa en invertir en un detector de monóxido de carbono una vez que la instalación esté completa. Esto te permitirá comprobar que tu instalación es perfectamente estanca. Recuerda que el monóxido de carbono es un gas mortal, inodoro e incoloro, que puede diezmar a una familia en pocas horas.
Publicado en: Biomasa Etiquetado como: Calefaccion
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